Así es Shellie
La montaña rusa más bruta. La Kingda Ka acojona. No sólo la primera vez que la pruebas. La segunda vez, quizás sea la peor. Ya la has vivido, y es más bestia de lo que parece. Ponte en el primer asiento. Mantén los ojos abiertos en esa interminable subida.
En la cima, en ese infinito segundo anterior a la caída más bestia que hayas experimentado nunca, atrévete a soltar las manos y aplaudir. Entonces ocurre. La vagoneta asoma al vacío y el peso la hace descender por el raíl a una velocidad imposible de imaginar.
¿Serías capaz de no agarrarte, y mantener los brazos en alto y los ojos bien abiertos? Shellie es ese tipo de chica que realiza todo eso sólo por el hecho de vivir más a tope el momento.
Sin Tiempo - Relato Corto de Ciencia Ficción
Entré en la consulta. La médica se sorprendió, pero al mirarme no se atrevió a regañarme por haber entrado de buenas a primeras, sin esperar mi turno.
¿Cómo esos hijoputas del Gobierno pueden haber perdido mis registros de identificación? No soy cualquier mierda, soy un agente N7. Arriesgo la vida por estos chupaimpuestos que nos gobiernan. ¿Por qué he desaparecido de los registros del Ejército de la Alianza?
Sin embargo, no necesité decir lo que pensaba.
-Necesito reconstruir su perfil -dijo ella mientras se acercaba y me ofrecía asiento en una camilla-. Una muestra de ADN, por favor. Saque la lengua de una vez. Bien. Ahora tiene que ratificar estos informes. Léalos y firme aquí. Si está de acuerdo con la información proporcionada por el Capitán Anderson, añadiré estos informes a su nuevo perfil de la base de datos. Tengo que hacerle un chequeo.
Me palpó los hombros.
-Me he cansado de recomendar a la Alianza que cambie los camastros de la Hawkins. Todos los soldados de esa nave tenéis contracturas cervicales.
-Señora, cómo siga haciéndome estos masajes, no necesitaré visitar a mi novia antes de partir.
-Me habían avisado de que era usted rebelde y que no le gustaba perder el tiempo en diagnósticos porque los puede hacer usted mismo.
-Me alegro de que le hayan llegado mis palabras -dije levantándome.
-Y no le voy a recetar Cuantun. Está prohibido para lo que usted lo quiere.
Aparté la vista de la puerta y la clavé en sus ojos.
-Como ve he hecho mis deberes antes de su visita. No has tenido suerte, no soy una jovencita que se deja engatusar. Cuando firme los informes, puede irse.
Informe 1: Origen: Terrestre. “Sobre la vida terrestre del Soldado Alex Hawaii”.
Informe 2: Carrera militar hasta el Año 2183.
Informe 3: Especialidad: Infiltrado
No necesitaba leer sobre la mierda de mi pasado. No sentía curiosidad. El Capitán era un buen hombre, justo y a un paso de la jubilación. Hice un tachón sobre la palabra infiltrado y puse ingeniero, luego garabateé las firmas que necesitaban; tenía cosas más importantes que hacer.
-Ha sido un placer.
-El placer ha sido mío.
Eché a andar. El paseo hacia la casa de Susana sería largo. Maldije mi suerte en silencio por tener que cruzar la zona de Vallecas que había sufrido el bombardeo. ¿Cómo se les pudo ocurrir lanzar el Meteorito?
A los lejos, intuí las siluetas de los edificios derruidos. Los supervivientes no los volvieron a levantar, pero los fueron arreglando con herramientas propias del siglo XIX. Desde el primer momento, la gentuza ocupó este territorio, y con el discurrir de los siglos, mierda, no pasó nada.
El caso es que eran como ratas armadas. Un enfrentamiento me haría perder un tiempo valioso y no soy de aplastar cráneos humanos, pero tampoco de dejarme atracar. Se cobijaban en estos edificios decrépitos. Preparados para robar en las zonas civilizadas. Y el Gobierno lo permitía. Eran su maná de soldados para las naves espaciales. Siempre les caía la misma sentencia: condenado a cumplir años como soldado espacial.
Yo no era un objetivo para ellos. A un objetivo no se le ocurriría entrar a sus anchas sin un motivo... No había motivo para entrar. Los tubos del transporte público pasaban por encima, no había necesidad de cruzar a pie o a motor. Salvo en mi caso.
Agachar la cabeza, seguir caminando. No llevaba nada que pudiesen robarme, y además estaba marcado como uno de ellos. Sin embargo no era mi lugar.
Me entretuve meditando mi postura sobre aquella antigua guerra. A pesar de que no tenía un conocimiento profundo de historia antigua, La Guerra de la Hegemonía me despertaba interés. No me sentía un nacionalista defensor de la antigua Iberia, pero lanzar el N34 sobre Madrid fue un golpe muy bajo. Sobre todo cuando los científicos de Iberia habían evitado la colisión consiguiendo frenarlo y dejarlo en la órbita terrestre. Habían sido muy ingeniosos, habían salvado muchas vidas. También los corsarios fueron muy ingeniosos. Iberia había protegido sus fronteras y su espacio aéreo. Un atentado masivo resultaba muy complicado debido a los escáneres de detección de explosivos y radiación. Pero la mente humana no para nunca. Consiguieron crear una fuerza de atracción, bombardeando el meteorito con ondas electromagnéticas. Y fue a caer a Vallecas.
Por fin llegué. Susana estaba en pijama.
-Tenía ganas de verte. Pensé que llegarías antes.
-No pude subirme al transporte, el Gobierno retiró ese privilegio de mi DNI.
-¿No has conseguido Cuantun?
-Podemos bajar al Bar Tijuana.
-No me gusta ponerme en un bar. Quiero estar colocada sólo para ti, y no que me miren todos con lujuria y ganas de metérmela.
Bien. Pero la noche duró poco. El día siguiente volvería a la realidad: no sé qué de una baliza que contenía el saber de una civilización aniquilada. Yo allá arriba, mi novia sola... aquí abajo.
Trabajo de Shellie en la web
Le dijimos a Shellie cuando entró a formar parte de los Reporteros AQuemarropa que tenía que escribir un relato corto, una poesía o algo que le apeteciese y fuese muy AQuemarropa como presentación. ¿Sobre qué? Sobre lo que quieras. Entonces escribió Sin Tiempo, el relato que sigue a este texto.
No es lo que ninguno de nosotros esperaba, pero así es Shellie, hace lo que quiere. Durante aquella conversación estaba empezando un videojuego, y eso la inspiró para escribir el relato corto.
Shellie se encargará de hacer reportajes. La mayoría de la sección Adrenalina. Porque es la que más le pega. Sin embargo, en AQuemarropa todos hacemos un poco de todo, así que podéis ver reportajes suyos en cualquier sección.
Ah, sí, el juego... Mass Effect. No sé qué de una civilización de proetanos, aniquilados en el albor de los tiempos, pero que dejaron un montón de claves sobre el Universo en balizas perdidas. Una historia de naves espaciales, que Shellie describe como obra maestra de los videojuegos.
Shellie Adrenalina, Reportera
Shellie distorsionada por Izzy.
Aquel día en la playa de Riazor Shellie disfrutó como una enana. Y más por la noche, con las hogueras en la playa.
Para saber más de este día, tenemos un reportaje en Crónicas del Paraíso. Se titula La Noche de Las Brujas, el San Juan coruñés.
Segunda animación que hemos creado para esta web. La idea es trabajar más las animaciones para dar más sensación de vida a AQuemarropa.
No es fácil realizar una animación, ni siquiera una mala animación. Nos queda mucho trabajo en este campo.
Shellie en su versión discotequera. El dibujo está basado en el primer día que los reporteros AQ fuimos juntos a una discoteca.
Caricatura de la reportera Shellie AQ
Shellie de discoteca. El dibujo refleja un día que las reporteras de esta web salieron juntas de copas y acabaron en una discoteca a horas intempestivas. Por ello hay un dibujo similar de Alabama.
Dibujo de Shellie Adrenalina
Art final para ilustrar a la reportera Shellie Adrenalina después de su último corte de pelo.
Shellie AQ no se puede estar quieta. Es un manojo de nervios, y además suele tener ganas de jugar.
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Caricatura de los reporteros y su medio de transporte, La Furgo Hippie.