¡ Púlsame !
Más artículos sobre superhéroes y cómic


Jerry Siegel y Joe Shuster, la Gran Injusticia de Superman

Jerry Siegel y Joe Shuster fueron los creadores de Superman. Pero no sólo eso, definieron las características del cómic moderno y crearon a los superhéroes. Y como agradecimiento se llevaron una patada en el culo...


Una entrevista de ficción a El Joker

Nos inventamos una entrevista con el villano más carismático del cómic.


El Metal-K de Krypton y la Kryptonita

La historia del punto débil de Superman y la primera idea sobre esos fragmentos de Krypton que tanto daño hacen al superhéroe.


La historia de todos los Flash

Flash es el superhéroe más rápido del cómic. ¿Pero qué encarnación de Flash? Viajamos a Keystone City para descubrir la historia del héroe escarlata.


La Creación del Superhéroe Moderno

Superman definió un nuevo tipo de cómic: de la pluma de Jerry Siegel y los dibujos de Joe Shuster nacieron los superhéroes. Pero no sólo eso, Superman define las características del cómic que han llegado hasta nuestros días.
Dibujo de Janis Joplin
Janis Joplin, el alma cálida pero salvaje del Rock N' Roll

Don't cry, baby, I Love You, tendría que haberle dicho alguien a Janis Joplin. Pero nadie llegó a tiempo. Pearl murió de soledad aquella maldita noche en la que todos le fallaron. Solitaria, entre las blancas paredes del Hotel Landmark. La soledad corrió de nuevo por sus venas. Blanca y pura, demasiado pura. Aquel camello se cargó a otros ocho jóvenes aquella noche.

Hoy seguimos llorando a una niña del rock que sólo buscaba aplacar los sentimientos de dolor que almacenaba su corazón.

Realmente su corazón se rompió mucho antes de aquel 26 de Octubre. Cuando la declararon el hombre más feo del instituto. Cuando nadie la invitó al baile de graduación. Cuando todos querían a la Reina del Rock, y a casi nadie le importaba Janis Lyn Joplin. No fue feliz en aquel pueblecito de Texas, Port Arthur. Y a duras penas lo fue después.

Pero siempre buscó pegar los pedacitos rotos, en una agónica búsqueda de la felicidad. Y del amor verdadero y correspondido que nunca encontró. "Si no intentas ser feliz, es como si te suicidases el día que naces".

Janis tenía un halo de tristeza interior que nunca logró superar. No buscaba dinero. Sí fama. Pero no por la fama en sí. Buscaba ser aceptada. Y poder entregar todo su amor de un modo tranquilo, íntimo. Y sincero. Sin embargo el mundo rotaba en la otra dirección.

Todos aplaudían a Janis Joplin después de sus poderosas y geniales actuaciones. Pero nunca nadie fue capaz de entender su mensaje. Todo lo que Janis necesitaba encontrar lo estaba diciendo alto y claro -y literalmente- en cada desgarradora actuación.

Todos la oían cantar, y ninguno la escuchó mientras cantaba.

Era una chica que necesitaba unas palabras que la hiciesen olvidar aquella historia de patito feo de su infancia. Y sin embargo esas palabras llegaron. Y eran de amor verdadero. El telegrama de su mayor romance llegó a la mañana siguiente de su muerte. "Te quiero nena... mucho más de lo que tú sabes".

Ella era Janis Joplin. La Reina del Rock. La Reina de los Hippies. Pearl. Ésta, simplemente una versión de su historia...
Dibujo de letras de Janis Joplin simulando un cristal roto

Janis fue la chica más guapa del rock. Sólo hacía falta mirar en su corazón para darse cuenta.
Fotos de Janis Joplin y su coche
Letras psicodélicas de Janis Joplin
Fondo decorativo simulando mancha de tinta
Logo sección Rock
Janis Joplin
Las bebidas son por Pearl

Este artículo trata sobre la vida y la carrera musical de Janis Joplin. Ya que nos emocionamos un poco con la historia y el artículo nos quedó bastante largo, lo hemos dividido en dos partes:


Primera Parte:

El despertar de la Reina del Rock

· La vida de Janis Joplin en Port Arthur

· La importancia de San Francisco




Y próximamente...

Segunda Parte:

Entre el Rock y el Amor

· La carrera musical de Janis Joplin

· La bebidas son por Pearl

La vida de Janis Joplin en Port Arthur


Toda historia triste de amor y vinilos de Rock N' Roll empieza en algún pueblecito de Texas. Bueno, seguro que no muchas, pero sí la de Janis Joplin.

Port Arthur vivía en los '60 ajeno a las historias de amor, y también muy lejos de la incipiente cultura del rock. Aquel pueblo industrial bailaba al son de los gruñidos de las perforadoras petroleras y de los bocinazos metálicos de las barcazas de mercancías del puerto. La industria química dejaba un tufo característico en el ambiente. Pero los regueros de contaminación no causarían alerta social hasta después de unas cuantas generaciones. Los petrodólares borraban de un plumazo cualquier rastro de paro juvenil. Era igual lo inepto que saliese el niño, había trabajo para todos.

Los poco más de 50.000 habitantes de esta ciudad industrial llevaban una vida apacible. El currito tenía mucho trabajo, y en cambio poco dinero para dedicar al ocio. Jóvenes y mayores bebían en armonía en las tabernas después de las duras jornadas laborales. Esos jóvenes conseguían trabajo en las petroleras y en la industria química al terminar el instituto. Pero la calidad de vida... Los trabajadores de las fábricas creían tenerla, los dueños -alejados de los vertidos contaminantes- la tenían. Hoy sabemos que la calidad medioambiental, la esperanza de vida, el tiempo libre, el trabajo digno son alguno de los términos que debe llevar implícita una ecuación de bienestar social. ¿Lo sabemos?

Pero... ¿qué tiene esto que ver con Janis Joplin? La verdad es que mucho. La futura cantante tenía un destino programado al salir del instituto, como otros muchos de sus compañeros. Debería ser maestra, y traer un puñado de retoños al mundo, mientras su marido volvía de alguna industria química con los pulmones cargados de tóxicos.
El caso es que Janis Joplin tenía una visión distinta del significado de la vida. Y claro, no coincidía mucho con lo que pensaba el resto de su pueblo. A la futura reina del rock eso de que en Port Arthur las jovencitas se casasen al salir del instituto... Luego cuidaban de los niños y esperaban con el plato de la cena la llegada del marido después de un duro día de trabajo en la fábrica, o de un maratón de cervezas en la cantina con los amigos de la infancia. Un día sí, el siguiente peor. En América, la desigualdad social no permitía el equivalente español de vámonos a Benidorm en vacaciones que popularizó la clase media de nuestro país en los '60 y '70. En Texas, el ocio apestaba. En esta historia, las minifaldas, los sueños liberales y el rock estaban en California. No es de extrañar que Janis Joplin ya siendo famosa no tuviese muchas ganas de pisar de nuevo el suelo donde nació.

Así de aburridos eran los '60 en aquellos pueblecitos industriales de la América profunda. La radio, la televisión y las historias que llegaban de las grandes ciudades ayudaron a que naciesen aquellos movimientos contraculturales que tanto miedo generaron a los políticos. Aquellos jóvenes que cruzaron las puertas con The Doors, y se emocionaron con Summertime o Piece of my Heart añadieron una cultura más pop a la mentalidad colectiva, que poco a poco se fue esparciendo de costa a costa. América sería menos liberal sin aquellos jóvenes un poco rebeldes.

Está claro que la vida monótona que llevaría en su pueblo, no hubiese hecho feliz a Janis Joplin. No la quería, y por otro lado tampoco la podía tener. Ningún chico del instituto querría casarse con ella. Su figura no era la del icono sexy de aquella ni de cualquier otra época. Ni siquiera tenía con quien salir a tomar un café. Pocos la valoraban en aquella triste ciudad. Sus compañeros de instituto la coronaron como el hombre más feo del condado. Y sus compañeras no la consolaron, sólo se rieron de la chica rara e introvertida. Tampoco es que tuviese mucho en común con aquellos jóvenes, víctimas de su época y su aburrido entorno. La vida de la mayoría de los jóvenes americanos distaba mucho de las historias que nos contaron películas como Rebelde sin causa. Sobre todo si vivías lejos de Venice y de otros focos de mundanal ruido. La vida de los jóvenes en aquellos pueblos era más parecida a La Casa de la Pradera que a Grease, por mucho que Janis Joplin sea coetánea de Danny y Sandy.

Por suerte para el rock, la joven Janis escapó de aquella vida monótona, y voló hacia San Francisco. Poco antes había encontrado unos pequeños tugurios frecuentados por otros perdidos e inadaptados jóvenes de Port Arthur. Cuando descubrió que sabía cantar, encontró un modo de beber gratis en aquellos clubes de música en directo, donde descubrió el Jazz y el Blues. Si no hubiese chicos diferentes, el mundo giraría siempre a la misma velocidad. Viviríamos en cuevas, no tendríamos rock, el sexo sería tabú y habría todavía menos paz, libertad y amor.

Un poco de mesura hubiese hecho esta historia perfecta.
El afligido corazón de Janis Joplin se rompió en el instituto. Se pasó su vida recomponiéndolo.

El rock fue su forma de consuelo y expresión. Como solía decir, allí arriba, delante del público, podía hacerles el amor a todos. Para luego tener que volver sola a casa.


La importancia de San Francisco



Entonces Janis Joplin se atrevió a ser diferente. En Port Arthur era difícil serlo, y además ya estaba a otro rollo que nada tenía que ver con lo que podía encontrar en su ciudad. Por contra, en el ambiente de San Francisco de principio de los '60 flotaba un arco iris liberal en el podía encajar bien si se ponía flores en el pelo. Además tenía algo que empezaba a dominar. La voz de Janis Joplin era potente y aguda, genial, y su nueva ciudad era un buen lugar para ganarse la vida como vocalista de Rock N' Blues.

Mamá quiero ser cantante...

Durante sus primeros años en San Francisco, Janis Joplin descubrió qué quería ser en la vida. Empezó cantando en diversos bares, primero como modo de ganarse unas cuantas copas. Pero había nacido para el escenario, allí podía hacerle el amor a todo el público, acostarse con todos, para luego dejar el micro y volver sola a casa. Esta última frase la soltó muchas veces. Era un sentimiento que la entristecía más de lo que podía soportar. Por mucho que se esforzase, le costaba encontrar el amor verdadero. Sería una constante de toda su vida, pero ella aún no lo sabía, y entre sus muchos romances, la música sería siempre su único amante fiel.

Entre las cosas que le aportó San Francisco, la más importante fue descubrir su pasión. La música le gustaba, y además le daba algo que nunca había tenido. Cariño, admiración, y amigos con las mismas pretensiones. También descubrió el amor. Tuvo aventuras esporádicas, y conoció a un chico por el que sentía algo más. Pero las cosas con Peter de Blanc no acababan de concretarse.

Pasaron los meses, y la cantante fue mejorando su desempeño vocal a base de cantar en todo tugurio que le abriese las puertas. Todo parecía ir bien. Sin embargo, la aventura casi termina aquí, dos años después de mudarse a la ciudad. Janis Joplin empezó a consumir drogas, a cuidarse poco y comer menos. Su salud llegó a ser preocupante, tanto que hasta sus compañeros de juergas la animaron a volver a casa. Se había pasado de entusiasmo, y su aburrida vida en Port Arthur era mejor que morir prematuramente. Era un esqueleto de 35 kilos que se alimentaba a base de sustancias prohibidas. Eso no era vida. Así que se concienció para cambiar, volver a casa de sus padres y retomar sus estudios universitarios.

Cuando volvió a casa, a punto estuvo de convertirse en otra joven más de Port Arthur. Son curiosas las vueltas de la vida. A Janis siempre la entristeció el estilo parco de vida de las mujeres de su pueblo. Les cortaban las alas al dejar el instituto. Pero había comenzado un pequeño romance con aquel chico indeciso durante sus últimos meses en San Francisco, y cuando la relación parecía finiquitada, todo cambió. Peter de Blanc, al verla partir, sintió la punzada de la pérdida. Así que echó el resto y la visitó en Texas para pedirle matrimonio. La intención del futuro matrimonio era trasladarse a New York. Allí la cantante viviría una vida apacible como esposa de un empleado de IBM.

Y las cosas nunca acaban bien cuando se trata de Janis Joplin. El matrimonio se torció cuando el futuro parecía claro. Peter había pedido la mano al padre de Janis del modo más formal posible, y la familia estaba ultimando los preparativos de la boda. Sin embargo el joven dio la espantada, desapareció como quien va a por tabaco. La cantante, destrozada, decidió volver a San Francisco y echar el resto en su carrera musical.


La carrera musical de Janis Joplin



Y de esta historia, es la parte musical la más conocida, lo cual es bueno. Aquel desgarro amoroso que provocó el matrimonio no consumado de Janis Joplin podemos sentirlo al escuchar su voz en canciones como Piece of My Heart. Todas las punzadas de dolor adolescente que llevaba su corazón las pudimos escuchar en sus poderosas actuaciones. Pero este artículo ya se ha hecho muy largo, así que esta parte la continuaremos en el próximo. Será pronto. Trataremos su carrera musical, y el triste final de esta historia.

Las bebidas son por Pearl. Las lágrimas ya las pongo yo.
El Rock, La Verdad, La Jodida Vida... Rompe la T.V. y lee AQuemarropa.es
Letras del logo de AQuemarropa
Reparto y personajes de la serie

Janis Joplin - Las bebidas son por Pearl